El joven Luciano hace realidad su fantasía: rodar una escena porno con Viktor Rom y convertirse en su vertedero de semen. Está dispuesto a todo para brillar durante el casting. Ha comprendido perfectamente lo que le gusta a Viktor: ha pasado meses en el gimnasio para construir su cuerpo musculoso, liso y seco, lleva ropa interior vulgar y sumisa, se deja dirigir completamente. Su culo ya está bien abierto y puede recibir la enorme polla de Viktor y un detalle que cuenta: le encanta correrse y le gusta mucho la reproducción gay. Viktor le va a dar las grandes cargas de sus sueños.